y me hallé en esa esquina desalmada
La marea sube y bajba
la siento desde mi almohada
campanadas que ocultan
las historias de las hadas
En tanto que en mi alcoba enmarañada
vive el monje con su paz
y el pequeño guardián chino
que protege y acompaña
Si aunque ya no este sentada
pudiese olvidar a mi razón
sería la vida a la que vería
burlándose de mi
si olvidase que sintiese
sería también la vida
la que abanicase mi hipocresía
¡Ay! la vida que me arranca
de mi sitio
no me falta asiento
pero entre la razón
y lo que siento
¿quién compartirá esta mesa?