En espiral
Entre tantas maravillas escogiste la desdicha que significaba entrelazar el espiritu a la dicha y el sexo a la armonía. De los cielos que tocaste al infierno me arrebataste para besar a mi piel los espinares que me encantaste.
La tranquilidad puede ser eterna y mas constante pero ese apuro desespera alcancitrante tus miradas.
Me viste y me revolviste; y tras devolverme te restituiste.
Acabaste con el vacio y nos sumerjiste entre cúmulos de sudor y un día mas...